*Este texto puede contener spoilers de Priscilla de Sofia Coppola*
Después de una pausa que ha resultado ser mucho más larga de lo planeado, The Aesthetics Filmclub regresa con nuevo contenido y algunas modificaciones. En adelante, recibiréis vuestra dosis de cine los domingos (como siempre) y los posts del jueves pasarán a ser ocasionales. Como hasta ahora, seguiré publicando en inglés y español y clasificando los posts en dos categorías, “Thoughts on film” para el contenido principal y “I was thinking…” para recomendaciones y miscelánea. Y, por supuesto, seguiréis teniendo disponible todo el contenido publicado previamente para consultarlo cuando queráis.
Y ahora, sin más dilación, The Aesthetics Filmclub reabre sus puertas.
En 1973, Dolly Parton grababa, como parte de su álbum Jolene, el tema I Will Always Love You. En junio de 1974, la canción alcanzaba el número 1 del Billboard Hot Country Songs. En 1982 se convertía en la primera artista en ganar dos veces este número 1 con el mismo tema, gracias a una nueva grabación. En 1992 la canción se convirtió en el tema principal de El Guardaespaldas, con la voz de Whitney Houston, manteniéndose en el número 1 del Billboard Hot 100 durante 14 semanas.
En 2023, Sofia Coppola utiliza este tema para cerrar su última película hasta la fecha, Priscilla.
Si algo se puede destacar de Sofia Coppola como directora es su gusto impecable para las bandas sonoras. Por eso a nadie le resultó alarmante que no consiguiera los derechos de la música de Elvis para acompañar a la historia de Priscilla Beaulieu, desde que conoció al rey del pop en 1959, a lo largo de su tormentoso matrimonio, y hasta que abandonó Graceland en 1973 con una petición de divorcio y una hija en común. Al fin y al cabo, la película no va sobre Elvis.
Si bien, como en todas sus películas, se podría hablar largo tendido sobre la elección de la música, hoy quería centrarme en el bonito detalle que supone la elección de este tema en concreto para la escena en la que Priscilla abandona Graceland tras poner fin a su matrimonio.
Al parecer, a Elvis le encantaba I Will Always Love You. Tanto es así, que Priscilla le reconoció años más tarde a Dolly Parton que el rey del pop le había cantado el tema en las escaleras del juzgado el día que firmaron el divorcio. No es extraño, por tanto, que quisiera grabar su propia versión del mismo.
El tema ya estaba preparado, con la aprobación previa de Dolly, que había sido, incluso, invitada a escucharlo. Sin embargo, la noche previa a la grabación, el Coronel Tom Parker (el temible manager de Elvis al que vimos con el rostro de Tom Hanks en la reciente adaptación de Baz Luhrmann) llamó a la compositora para decirle que Elvis no grababa ninguna canción a menos que fueran los dueños de los derechos del tema, y que solicitaban que ella les cediese la totalidad (o al menos, la mitad) de esos derechos.
La negativa, por supuesto, fue rotunda. La cantante, compositora y productora musical conocía lo bastante la industria como para saber que se trataba de uno de sus copyrights más importantes y se negó a cedérselos a Elvis, por lo que su versión del tema nunca vería la luz.
Esta decisión, se vería además recompensada cuando, en 1992, la canción fue versionada e interpretada por una Whitney Houston en la cima de su carrera como tema principal de la banda sonora de El Guardaespaldas (y Dolly mantenía todos los derechos). Se estima que las ganancias generadas por la canción rondaron los 10 millones de dólares de entonces, y fueron empleados por la compositora para reactivar la economía de un barrio deprimido de Nashville, en el que compró un edificio que convirtió en su complejo de oficinas.
El final de la película de Sofia Coppola adquiere entonces un nuevo significado. Priscilla sale de Graceland al son de un tema que sí, puede declarar que siempre amaría a Elvis, pero que también es un homenaje a esas mujeres que, como ella, pusieron límites al rey del pop y a los abusos de la industria musical (entre muchas otras).
Vemos aquí como un detalle, aparentemente menor, como la elección de un tema musical y no otro para una escena, puede alterar por completo el significado de la misma y reforzar el mensaje que la directora quiere transmitir con la película.
El conjunto Sofia-Dolly-Priscilla, mientras Graceland desaparece por el retrovisor, se convierte en el cierre perfecto para arrojar un rayo de esperanza a la historia de esta joven que por fin logra escapar de su jaula de colores pastel. Como Dolly, Sofia sabe bien lo que hace.